Mis servicios
Servicios inmobiliarios en Madrid, especializados en venta y alquiler de vivienda de segunda mano. Me encargo de todo: desde la valoración del inmueble hasta el cierre de la operación, para que alquiles o vendas tu propiedad acompañado y asesorado de principio a fin.

Compra - venta
Gestión integral de compraventa de inmuebles: desde la valoración y comercialización hasta la negociación de ofertas, redacción de contratos y gestión documental. Deja que me ocupe de todo y tú relájate soñando con tu siguiente proyecto.

Alquiler
Busco la combinación perfecta entre inquilinos que brindan seguridad y garantías y propietarios que respetan los derechos y la seguridad contractual de los inquilinos. Mi misión es proteger los intereses de ambas partes, garantizando una relación justa y transparente.

Mediación
Tengo una larga carrera como mediadora y experta en gestión de conflictos. Utilizo esta experiencia y conocimientos para moderar las discrepancias en las operaciones inmobiliarias. Así, si algo se complica, estás en el sitio adecuado.

Compra – Venta
Te ayudo a hacer de la compra o venta de tu propiedad en Madrid una experiencia sencilla y exitosa. Este servicio está diseñado para acompañarte en cada paso del proceso con total transparencia y sin sorpresas.


Valoración de inmuebles
Realizo un análisis detallado que conjuga las características del inmueble con la ubicación, obteniendo una valoración objetiva que nos va a da un precio ajustado y acorde al mercado inmobiliario del momento y la zona.

Comercialización
Me encargo de hacer fotos, recopilar toda in información necesaria para la comercialización, publicar anuncios, enseñar el inmueble y dar a los potenciales compradores cuanta información necesiten para tomar decisiones informadas.

Negociación
Mi objetivo es promover ofertas en las que todas las partes salgan beneficiadas, convirtiendo el proceso de compra-venta en una experiencia grata y positiva para todos.

Gestión documental
Me encargo de recopilar toda la documentación para asegurar que todo está en orden, redacto los documentos y contratos necesarios para el buen fin de la operación, estaré disponible permanentemente y os acompañaré a la firma de la Escritura de Compra-venta.
Alquiler
Si quieres alquilar tu piso en Madrid, te ayudo a encontrar el inquilino perfecto. Me encargo de que el proceso sea rápido y eficiente, brindándote asesoramiento e información en cada etapa. Con mi experiencia, garantizo una gestión transparente, segura y adaptada a la normativa vigente. Pongo el foco en las personas, atendiendo a la seriedad, honestidad y garantía de quienes van a alquilar tu casa.


Garantía legal
Trabajo siempre dentro del marco normativo vigente. Es nuestro deber y así lo haremos, respetando los derechos y garantías legales de todas las partes. Si buscas una agencia que se salte estas obligaciones en beneficio de una de las partes, este no es tu sitio.

Relación inquilino-casero
Me ocupo de que haya un buen entendimiento entre las partes, construyendo una relación sólida para el futuro arrendamiento.

Asesoramiento legal y contractual
Me aseguro de que todo esté en orden, gestionando la documentación y garantizando que el contrato cumpla con todas las normativas y sea claro para ambas partes.

Garantía de reposición
Para contratos de vivienda con una duración igual o superior a un año, si el inquilino rescinde el contrato por causas ajenas al arrendamiento dentro de los primeros seis meses, me encargo de buscar un nuevo arrendatario sin coste adicional.
Mediación: un proceso de negociación constructiva
Inscrita en el registro de mediadores del Ministerio de Justicia.
Como en todos los ámbitos de la vida, en el entorno relacionado con las operaciones inmobiliarias también encontramos conflictos personales que, a veces, dificultan la toma de decisiones acertadas, poniendo en riesgo el consenso entre las partes o el éxito en el proceso de negociación. Estas situaciones no solo redundan en una pérdida de tiempo, sino que también pueden hacernos perder oportunidades de negocio, ventas o adquisiciones de inmuebles potencialmente interesantes.
A lo largo de los años hemos constatado que detrás de muchas operaciones inmobiliarias, sean del tipo que sean, no siempre encontramos un contexto positivo o ilusionante. En muchos casos, detrás de una compra o venta, existen situaciones complicadas como un divorcio, un fallecimiento, una enfermedad, una situación de quiebra económica, un cambio en la etapa vital de las personas o, sencillamente, formas diferentes de afrontar la operación cuando hay un inmueble en copropiedad con parejas, hermanos, familiares, socios, etc.
Por ello, la confluencia de un doble rol profesional como mediadora y agente inmobiliaria, ha sido desde el inicio la clave de mi éxito, pues siempre me he volcado en acompañar a mis clientes no solo en el asesoramiento mercantil, comercial y contractual de las operaciones, sino gestionando esa sensibilidad que, en ocasiones, acompaña tanto a compradores como a vendedores a lo largo del proceso y que puede alterar la buena marcha de la operación.
Saber escuchar las verdaderas necesidades de los clientes, comprender sus intereses y ajustarlos a la realidad de un mercado agitado y en continua evolución, evaluar el punto de partida cuando hay conflictos, conocer el alcance de las diferencias y buscar intereses comunes para negociar cualquier tipo de acuerdo, son algunas de las competencias que, además del asesoramiento y la ejecución de operaciones inmobiliarias, mis clientes han destacado siempre como un valor diferencial.
No estaba tan equivocado Rajoy cuando dijo “somos sentimientos y tenemos seres humanos”.

Más sobre mediación
¿Qué es la mediación?
La mediación (enmarcada dentro de los Sistemas Alternativos de Resolución de Conflictos o Sistemas ADR -Alternative Dispute Resolution Systems-), es un proceso en el que una tercera persona, experta, neutral e imparcial -el mediador- contribuye a que las partes implicadas en un conflicto busquen, decidan y encuentren la solución más adecuada a sus necesidades.
La función del mediador no es la de arbitrar ni aportar soluciones, sino crear el espacio adecuado para ayudar a las partes en conflicto a pasar de un estado de pelea y reproches, a otro más constructivo y de trabajo mutuo; es decir, reduce el nivel de conflictividad emocional hasta un punto que les permita trabajar en la búsqueda de soluciones.
En mediación son los interesados los que alcanzan un acuerdo que recoge estrictamente sus propias voluntades. A diferencia de los procedimientos contenciosos, no se imponen los contenidos de los acuerdos. La experiencia demuestra que, por este motivo, las expectativas de que éstos se cumplan crece de forma considerable.
La mediación no tiene nada que ver con la intervención jurídica ni psicológica.
¿Por qué acudir a un mediador?
En mediación, cada caso se beneficia en mayor o menor medida de las posibilidades que brinda el proceso según sus circunstancias y las características del conflicto. No obstante, es un hecho contrastado que la mediación es un sistema aventajado sobre el contencioso en múltiples aspectos:
- Todas las partes ganan. En mediación tenemos en cuenta el interés mutuo frente a las posturas individualistas, buscando siempre soluciones que satisfagan a todas las partes. Cambiamos la visión judicial “yo gano-tú pierdes” por un paradigma “ganador-ganador”.
- Las relaciones quedan menos deterioradas. Evitar en la medida de lo posible el proceso judicial es de por sí un gran paso para prevenir el desgaste emocional al que las partes se ven sometidas. Si además ayudamos a que la comunicación se restablezca y que las partes se posicionen en un estado emocional adecuado para favorecer la negociación, no sólo posibilitamos la consecución de acuerdos mutuamente aceptados sino que también reducimos los comportamientos competitivos derivados del conflicto original. En este sentido, la mediación tiene a su vez una preventiva que evita en muchos casos que el conflicto degenere en una situación más grave.
- Las partes deciden cómo se van a organizar. Siempre que sea posible, la decisión sobre qué hacer con la vivienda, los hijos, los gastos para su cuidado, bienes materiales o cualquier otro aspecto, no deberían quedar en manos de terceros ajenos al conflicto. Nadie mejor que los propios interesados para valorar cuál es la mejor de las opciones. En mediación, las partes implicadas tienen total autonomía para decidir y establecer los acuerdos oportunos, siempre dentro de lo legalmente disponible.
- Minimiza el impacto de la separación en los hijos. Nosotros no entendemos la separación como un fracaso, sino como una decisión, a veces dolorosa, que se asume con el fin de mejorar el estado de bienestar de los miembros de una pareja que ya no quiere seguir siéndolo. La pareja deja de serlo pero la relación parento-filial perdura para siempre; esto es, cambia la estructura familiar pero no necesariamente las relaciones de los padres con los hijos. Si nos damos la oportunidad de gestionar el proceso de la separación de tal manera que nos permita establecer una nueva organización familiar satisfactoria para ambos progenitores, garantizamos la mejor de las posibilidades para el cuidado de los hijos, quienes, con una explicación adecuada de la situación, constatarán que sus padres, aunque dejen de convivir, siguen haciéndose cargo de sus cuidados y necesidades afectivas. Además, en mediación trabajamos para intentar mantener unas pautas de vida y organización familiar similares a las que tenían hasta el momento de la separación, teniendo en cuenta las necesidades de todos los implicados.
- Formato provisional de ensayo-error: nada es irreversible. A lo largo del proceso, las partes pueden ir tomando decisiones que se ponen en marcha entre una sesión y otra. Esto permite valorar si los acuerdos, en principio provisionales, son adecuados para convertirlos en definitivos o si, por el contrario, tienen lagunas que deban ser revisadas hasta encontrar la mejor alternativa posible.
- Se reduce el tiempo invertido en el proceso. La duración del proceso de mediación depende del estado emocional inicial de las partes, así como del número y alcance de sus conflictos. No obstante, la media de sesiones está entre 8 y 12 que, a razón de una sesión por semana, implica una duración de entre 2 y 3 meses.
- Acuerdos más duraderos y respetados que los convenios judiciales. La participación activa en el contenido del acuerdo garantiza que sea la mejor alternativa barajada por las partes implicadas.
Principios de la mediación
El éxito de la mediación como sistema de resolución de conflictos, se sustenta en un a serie de características cuyo cumplimiento es un requisito necesario para garantizar que el proceso llegue a buen fin.
Voluntariedad
La mediación es un proceso que para ser efectivo debe necesariamente ser voluntario. Ninguna de las partes debe acudir coaccionada u obligada. Del mismo modo, cuentan con total libertad para abandonar el proceso en cualquier momento que lo deseen, sin que ello conlleve ningún tipo de consecuencia.
Confidencialidad
Toda la información compartida en el espacio de mediación será tratada con absoluta confidencialidad. Además, ninguna información será entregada ni compartida con personas ajenas al proceso. Asimismo, no se entregará ninguna información a las partes que no sea la recogida en el acuerdo final que mutuamente han pactado. En este sentido, el mediador o los mediadores no podrán ser citados como testigos antes, durante o después de la mediación, en ningún procedimiento administrativo o judicial relacionado con la disputa. Tampoco se le podrá requerir información sobre los hechos, datos, contenido de las entrevistas, acuerdos provisionales o cualquier otro dato derivado del proceso de mediación.
Autonomía decisoria
Los implicados son los únicos que van a decidir de manera libre, informada y consensuada qué hacer con la situación que plantean en el espacio de mediación. El mediador les acompañará en el proceso desde un rol no impositivo en cuanto a la toma de decisiones.
Flexibilidad
El proceso de mediación debe ser un proceso adaptado a cada caso particular. Para nosotros no existen dos mediaciones iguales. Cada situación es única y cada persona tiene unas peculiaridades que la diferencian del resto. Por tanto, el mediador tiene que tener una actitud flexible que le permita adaptarse a las necesidades de cada cliente.
Imparcialidad
Es condición sine qua non del mediador mantener la imparcialidad entre las partes, no tomando partido por ninguna de ellas. Esto implica que el mediador no da opiniones, ni soluciones, ni consejos, ni recetas; tan sólo acompaña a sus clientes en el proceso para que sean ellos mismos quienes encuentren la mejor solución a sus conflictos.
Buena fe
Derivada de la voluntariedad del proceso, es necesaria una actitud honrada por parte de todos. Dado que nadie obliga a ninguna de las partes a participar en la mediación, se entiende que si acuden voluntariamente es por el deseo expreso de las partes de poner fin a la situación conflictiva y esto implica la aceptación de las características del procedimiento de mediación. Una de las tareas del mediador es hacer que las partes compartan información para que puedan tomar las decisiones más adecuadas para ambos. Por ello, es necesaria una actitud colaboradora y honesta por parte de quienes la entregan.

Más de 15 años de experiencia en mediación civil, familiar y empresarial.

Formadora en universidades y colegios oficiales, transmitiendo el valor de la mediación.

Delegada en España en la Agencia Espacial Europea en el equipo internacional de mediadores.

Autora y divulgadora, con participación en libros, prensa, radio y televisión.

Medalla al Mérito Profesional en Mediación por la Escuela Española de Mediación.